
En este contexto, el Sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE) ofrece una herramienta concreta para monetizar actuaciones de mejora energética ya en marcha en todo el país.
Sin embargo, muchas de estas actuaciones no se están certificando ni aprovechando económicamente como sería posible. Y una de las razones principales es la ausencia de mecanismos estructurados que conecten a los agentes técnicos -como los instaladores- con los procesos administrativos y económicos del sistema CAE.
El sistema CAE: una herramienta económica basada en la eficiencia
El sistema CAE, gestionado por el MITECO, permite reconocer y certificar los ahorros energéticos generados por actuaciones concretas —desde la sustitución de equipos obsoletos hasta la recuperación de calor o la instalación de variadores de frecuencia— y transformarlos en un certificado con valor económico, que puede ser adquirido por los denominados sujetos obligados.
Si se gestionan adecuadamente, estas operaciones pueden generar ingresos adicionales sin modificar los contratos energéticos actuales, lo que amplía las oportunidades de actuación, especialmente en entornos industriales y de alta demanda energética.
El instalador como figura estratégica
Dentro de este esquema, el instalador se posiciona como un agente técnico esencial, ya que es quien detecta, propone y ejecuta muchas de las actuaciones susceptibles de generar ahorros certificados.
En la práctica, muchas oportunidades de certificación se pierden por desconocimiento o por falta de conexión entre la ejecución técnica y el proceso administrativo de validación.
Por ello, resulta fundamental que los instaladores estén informados y acompañados adecuadamente para que puedan identificar cuándo una actuación puede ser certificada, qué información debe recopilarse y cómo canalizar el proceso de validación.
En definitiva, el instalador es, en muchos casos, el primer eslabón en la detección de oportunidades de ahorro energético. Sin su participación activa, muchas intervenciones quedan fuera del circuito de certificación.
Modelo de colaboración Nieves/Axoil: formación, soporte técnico y valorización en el sistema CAE
Desde Nieves/Axoil como sujeto obligado dentro del sistema CAE, se trabaja activamente con empresas instaladoras para detectar oportunidades de certificación, acompañarlas en el proceso técnico y administrativo, y asegurar que los ahorros generados sean correctamente valorados y certificados.
El modelo de trabajo se estructura sobre tres pilares:
- Formación continua y especializada para instaladores sobre el sistema CAE y las tecnologías que generan ahorros certificables.
- Oficina técnica interna que evalúa y valida los expedientes, calcula el ahorro, tramita la documentación y gestiona la relación con la administración.
- Modelo económico transparente, donde se reconoce el valor que aporta el instalador al activar y ejecutar la mejora.
Este enfoque permite, además, que el instalador incorpore un valor añadido diferencial a su servicio, ofreciendo a sus clientes industriales no solo eficiencia técnica, sino también una vía de retorno económico adicional.
Actuaciones tipo con potencial CAE
Las actuaciones más habituales con potencial de certificación CAE incluyen:
- Sustitución de calderas, quemadores y generadores obsoletos.
- Instalación de sistemas de recuperación de calor o free cooling.
- Integración de variadores de frecuencia en motores eléctricos.
- Optimización de sistemas de climatización, iluminación industrial o aire comprimido.
- Aislamiento térmico de procesos o envolventes industriales.
Estas intervenciones, bien documentadas y tramitadas, pueden generar miles de euros en retornos sin necesidad de alterar el modelo energético actual del cliente.

Conclusión
El nuevo modelo energético no se basa solo en vender energía más barata. Se basa en medir, reducir y certificar el uso inteligente de la energía, bajo un marco normativo que premia la eficiencia.
El nuevo modelo energético no gira únicamente en torno al precio, sino en torno al uso inteligente de la energía: medir, reducir y certificar. El sistema CAE, bien articulado, puede ser una herramienta rentable para clientes e instaladores, reforzando la profesionalización del ahorro energético en la industria.
El reto actual es integrar ese conocimiento en el día a día operativo, profesionalizar la cadena de valor del ahorro energético y aprovechar los mecanismos económicos disponibles para reconocer ese valor.



