El Sistema CAE permite monetizar los ahorros energéticos, recuperando parte del coste de las inversiones en eficiencia energética a través de la venta de esos ahorros tras pasar por un proceso de verificación y certificación.
El sector industrial es precisamente el que hasta el momento mejor ha sabido entender y aprovechar las virtudes del sistema, y el que mayor rendimiento económico está sacando a sus proyectos de eficiencia energética bajo esta fórmula. Según el último informe del Ministerio para la Transición y el Reto Demográfico (MITERD), el 68% de los ahorros solicitados para generar CAEs proviene del sector industrial. La industria presenta mayores oportunidades de optimización energética debido a su alta demanda energética. De ahí que esté aprovechando esta herramienta para actualizar equipos por otros más eficientes, sustituir calderas de combustión por bombas de calor, refrigerantes o compresores en instalaciones frigoríficas, entre otras acciones que implican ahorros energéticos susceptibles de generar CAEs.
Por la complejidad de sus procesos, la mayor parte de estas actuaciones son lo que en el Sistema CAEs se denomina “singulares”. Las medidas singulares son actuaciones que no están incluidas en el catálogo de medidas estandarizadas de Certificados de Ahorro Energético (CAES) validado por el Ministerio. Por lo tanto, requieren una evaluación más detallada.
De una forma simplificada, podemos decir que el proceso óptimo para la obtención de CAEs implica varias etapas:
- Auditoría energética: partir de un análisis detallado periódico del consumo energético de una empresa para identificar áreas de mejora.
- Implementación de medidas: apuesta por la introducción sistemática de tecnologías y prácticas que reduzcan el consumo de energía.
- Verificación: Evaluación por parte de una entidad independiente para verificar los ahorros energéticos logrados.
- Emisión de certificados: Tras la verificación, se emiten los CAEs, que pueden ser comercializados.
El ahorro alcanzado con la implantación de esas medidas debe calcularse mediante un protocolo de medida y verificación de ahorros. Para ello, es recomendable que la empresa ahorradora recurra a una empresa acreditada como “Sujeto Delegado” del Sistema y que cuente con experiencia en implementación y consultoría de servicios energéticos para industrias.
CASO DE ÉXITO OBTENCIÓN DE CAES EN LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA
En 2024, desde CREARA ENERGY EXPERTS se gestionó como Sujeto Delegado acreditado por el Ministerio, una medida singular para APIS (Carnes y Vegetales, S.L.). El ahorro energético conseguido con esta actuación fue de 15,68 GWh (15.684.338 de CAEs), lo que reportó a APIS un ingreso que cubre el 38,9% de la inversión realizada.
En su planta trituradora de tomate de Montijo, Badajoz, la empresa instaló un nuevo equipo que permite la recuperación de calor en el procesado de tomates naturales para evitar el uso de vapor.
Los ahorros energéticos del proyecto estaban basados en la reducción de la demanda de energía al incorporar al tradicional choque térmico de vapor un sistema más moderno. Por una parte se emplea el calor residual del choque térmico para precalentar el flujo entrante de tomate fresco, y a la vez se añaden tecnologías de recompresión de vapor para optimizar los recursos energéticos necesarios para el proceso.
El proceso de mejora consistió en instalar un nuevo equipo que proporcionará un salto térmico (METIS) entre la selección de tomate fresco y el inactivador enzimático. Este salto térmico se encarga de subir la temperatura del producto de 25ºC (temperatura aproximada con la que entra el tomate a fábrica) a 60ºC, empleando el calor sobrante del proceso de preconcentración.
Este paso proporcionó una disminución de trabajo al inactivador y, por lo tanto, un mayor ahorro de energía y una mayor producción al ser un proceso más constante. Además, se instaló un preconcentrador (LOKI) entre el inactivador enzimático y el evaporador. Su función es preconcentrar el tomate hasta aproximadamente 8,5º Brix y, de esta manera, liberar trabajo y energía del evaporador empleando además el LOKI para la recompresión de vapores. Estas mejoras permiten que se reduzca en gran medida el consumo de vapor, y por lo tanto, el consumo de gas natural.
Este proyecto fue un reto en sus tiempos de ejecución. El proceso de solicitud de CAEs por parte de CREARA tuvo que acelerarse debido a que APIS es una empresa temporera, en la que el procesado se realiza de julio a septiembre, meses de cosecha del tomate. La actuación de ahorro se implantó justo antes del inicio de la temporada, lo que obligó a acortar los plazos del Plan de Medida y Verificación. Fruto de este trabajo, en diciembre de 2024, APIS recibía la liquidación de los certificados de ahorro energético obtenidos con esta medida.